En la actualidad, nadie ignora los problemas que causa la dificultad del plástico para descomponerse y reciclar/reutilizar todo el plástico posible para que siga circulando en nuestro entorno. Con la aparición del tejido RPET como una de las vías para el éxito de la reducción de plásticos.
Empecemos por el PET, o plástico de tereftalato de polietileno. Derivado de fuentes de petróleo y gas natural, su número de código entre los plásticos es uno (1) y, debido a sus cualidades no tóxicas, se utiliza a menudo en electrodomésticos, así como en envases de bebidas y alimentos como botellas de refrescos, vasos, cajas de comida para llevar, etc., cintas magnéticas, películas, discos, etc.
El PET es un material termoplástico, por lo que resulta adecuado para la fabricación de nuevos productos. Además, su ligereza, resistencia a la corrosión y facilidad de reciclado hacen que el PET sea ideal. Sin embargo, su durabilidad presenta puntos fuertes y débiles: el PET puede tardar entre cinco y siete siglos en desintegrarse tras ser enterrado.
Sin embargo, el PET puede reciclarse y reutilizarse una y otra vez si se gestiona adecuadamente y se recicla en algo llamado “RPET”, abreviatura de tereftalato de polietileno reciclado. Tras su clasificación, trituración, limpieza, deshidratación y secado, se regranula como producto para reducir el plástico que fluye directamente a los entornos naturales tras su consumo; apoyando el desarrollo ecológico y medioambientalmente sostenible a través de esta vía.
Sin embargo, debido a las limitaciones de producción, el proceso de teñido al que se han sometido los productos de plástico también puede afectar a su uso después de ser reciclados, como por ejemplo que sólo las botellas incoloras y transparentes puedan volver a fabricarse como botellas de agua de plástico. La mayor parte del RPET con calidad o color degradados se convertirá en fibras y tejidos, fabricados a partir de fragmentos de material nuevo de PET o virutas de botellas de PET recicladas: los fabricantes funden el plástico reciclado y lo convierten en poliéster nuevo, que también se conoce como fibra de RPET, tela de protección medioambiental de botellas de Coca-Cola o tela de protección medioambiental de botellas de PET. Con este tejido se pueden confeccionar prendas de vestir, mantas, sacos de dormir e incluso mochilas.
La gran capacidad de reciclaje del tejido RPET lo hace más sostenible que el PET. Evita que el plástico entre en vertederos y océanos, salvando el suelo y los recursos marinos. Desde la perspectiva de las emisiones de carbono, la producción y el uso de RPET pueden reducir el petróleo y el gas natural extraídos por las personas para fabricar nuevos plásticos, lo que puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más de un 79%. Desde la perspectiva de la practicidad del producto, su calidad es mejor, con gran rigidez y elasticidad, resistente y duradero, lo que mejora la vida útil del producto, reduce en cierta medida los residuos y puede bloquear los rayos ultravioleta.
Todos los objetos pueden reutilizarse, incluso las botellas de plástico. Las botellas de plástico recicladas nos ofrecen nuevos descubrimientos y crean un medio ambiente mejor y más ecológico.
